viernes, 2 de septiembre de 2011

Tesfaynesh, la niña milagro

Tesfaynesh y Zwedu, su ángel guardián
El pasado mes de junio viajé de nuevo a Etiopía. Esta vez el trabajo me llevó al sur de Addis Abeba, al hospital del Gambo y a la ciudad de Zway, que está situada en la región de Shoa, a unos 160 kilómetros de la capital. Siempre he dicho que Etiopía es un país de enormes contrastes, en el que las imágenes de paisajes subyugantes conviven con otras que llegan directas al corazón, en forma de mazazo… Gambo, en plena época de lluvias, se nos ofreció verde y húmedo; en momentos, frío. Su hubiera sido posible dejar a un lado las terribles escenas de pobreza, podríamos habernos creído transportados a cualquier lugar del norte de España… Sin embargo, en Zway nos acompañó un aire tan seco, que se respiraba polvo. En el cielo no había ni una nube que presagiara algo de lluvia… Hace ya tres meses, fuimos testigos directos de los estragos que el hambre y la desnutrición causan en los más pequeños y en una población que intenta arrancar algo de comida de terrenos secos y agotados.


En medio de tanta desolación, las misioneras salesianas, con las que colabora Manos Unidas hace muchos años, llevan a cabo cada día una lucha sin cuartel para aliviar a los más pobres entre los pobres.

Como en toda lucha, hay batallas que se pierden y otras en las que en las que la victoria es casi un milagro… La de Tesfaynesh, que hoy os cuento, es una de esas.