¿Por qué no soñar con sus ídolos? Foto: Marta Carreño/Senegal |
Año tras año, en cada acontecimiento deportivo, los países
de África van sumando deportistas a lo más alto de la élite mundial. Con cada
hazaña, despiertan las esperanzas e ilusiones de mucho jóvenes deseosos de
emular a sus ídolos. Cada uno de los triunfos de los grandes del deporte es un
estímulo para sus compatriotas y el inicio de un sueño que puede terminar
victorioso o ahogado por las dificultades, como el de Samia Yusuf.
Samia Yusuf… ¿quién, más allá de sus familiares y allegados,
recordaba haber oído hablar de ella alguna vez? ¿Quién asociaba ese nombre al
de la jovencita somalí de 17 años que, en los Juegos Olímpicos de Pekín, en la
carrera de 200 metros, cruzó en última posición la línea de meta al calor de un
público entregado? ¿Y quién la ha echado de menos en los Juegos de Londres,
recién terminados?
No creo que antes de conocer por los medios de comunicación
su triste final, muchos supieran su nombre o su hazaña, porque así pueden
calificarse los logros de esta deportista africana. Y menos aún que nunca se
hubieran imaginado la impresionante historia de superación que fue su vida de
atleta allá en Somalia, un país en el que la mujer puede llegar a ser incluso
menos que un cero a la izquierda.