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lunes, 27 de agosto de 2012

Deporte en África: ¿sueños de evasión?


¿Por qué no soñar con sus ídolos? Foto: Marta Carreño/Senegal
Año tras año, en cada acontecimiento deportivo, los países de África van sumando deportistas a lo más alto de la élite mundial. Con cada hazaña, despiertan las esperanzas e ilusiones de mucho jóvenes deseosos de emular a sus ídolos. Cada uno de los triunfos de los grandes del deporte es un estímulo para sus compatriotas y el inicio de un sueño que puede terminar victorioso o ahogado por las dificultades, como el de Samia Yusuf.    

Samia Yusuf… ¿quién, más allá de sus familiares y allegados, recordaba haber oído hablar de ella alguna vez? ¿Quién asociaba ese nombre al de la jovencita somalí de 17 años que, en los Juegos Olímpicos de Pekín, en la carrera de 200 metros, cruzó en última posición la línea de meta al calor de un público entregado? ¿Y quién la ha echado de menos en los Juegos de Londres, recién terminados?

No creo que antes de conocer por los medios de comunicación su triste final, muchos supieran su nombre o su hazaña, porque así pueden calificarse los logros de esta deportista africana. Y menos aún que nunca se hubieran imaginado la impresionante historia de superación que fue su vida de atleta allá en Somalia, un país en el que la mujer puede llegar a ser incluso menos que un cero a la izquierda.

domingo, 1 de enero de 2012

Carta de Navidad de Ángel Olaran

Ayer recibí la carta de Navidad de Ángel Olaran, que este año se ha hecho esperar un poco. Parece ser que, durante bastantes días, por su ordenador han campado a sus anchas todo tipo de virus, que han hecho casi imposible la comunicación.
Veréis que es una carta de denuncia en la que Abba Melaku se plantea dónde ha quedado el verdadero sentido de la Navidad.

"Y estos días de Navidad seguiremos ofreciendo a besar el piececito de un tierno niño Jesús de porcelana, sin sonrojarnos por esos miles de Niños Jesús, que diariamente mata nuestro sistema dado que sus madres y padres no consiguen alimentarlos adecuadamente".


Hoy quiero regalaros esta carta, para que la leáis detenidamente. Con ella, os invito a la reflexión en este primer día del año 2012. 


lunes, 28 de febrero de 2011

Una hiena admirada

Os transcribo parte de un correo que recibí hace unos días de Abba Melaku.



-“Pues dice la leyenda que, desde hace un par de días, hay una hiena que no para de correr por las calles, con una mirada de admiración, producida por algo que le ha debido de ocurrir. Solo unos cuantos tenemos acceso a su secreto. Perteneces al grupo de los afortunados (…)”.


Sé que voy a traicionar el secreto que guarda celosamente la señora hiena, pero, como la causante de tamaña admiración es mi queridísima Letish, os lo cuento.

martes, 22 de febrero de 2011

Ángel Olaran: un hombre de pueblo

En esta entrevista, que hicieron a Ángel Olaran en Mundonegrotv, cuando estuvo en España el pasado otoño, podréis conocer un poco más a Abba Melaku: sus pensamientos y reflexiones ante una crisis que, desde hace un tiempo, a nosotros nos angustia porque no nos permite llegar a fin de mes y a otros, a su gente, lles lleva angustiando toda una vida porque "no les permite llegar al fin del día". Podréis, además, ver imágenes de su labor en Wukro y de algunos de esos niños de los que tanto os he hablado.

martes, 18 de enero de 2011

Ángel Olaran, medalla de oro de Guipúzcoa

Ángel Olaran, Abba Melaku, recibió el pasado 23 de diciembre la medalla de oro de Guipúzcoa por su trabajo de los últimos años -casi dos décadas- en Etiopía. La noticia del galardón le llegó durante su estancia en España y el misionero vasco decidió retrasar unos días su regreso a África para poder estar presente en la ceremonia de entrega.
En su discurso Ángel nos deja algunas de esas perlas que acostumbra a regalarnos, que deberían movernos, cuanto menos, a la reflexión.

Discurso completo de Ángel Olaran

Os invito a leer algunos de los artículos que se han escrito sobre este acto:

domingo, 12 de diciembre de 2010

Haraya, In Memoriam

Hace unos meses, en mayo, volví a Wukro.
Cada tarde, durante dos semanas, esperé la llegada de Haraya, una persona muy especial, que ocupa un lugar destacado en mi memoria. No conseguí verla. Ni a ella ni a sus hijos Fekere y Rovel. Parece ser que nuestra amiga buscaba en las aguas sagradas una solución milagrosa para lo que no tenía remedio: el virus del VIH se había adueñado de su joven cuerpo y no tenía la menor intención de darle una tregua. La medicina poco podía hacer por ella, pero Haraya ni quería ni podía, abandonar su lucha por la vida. Quizá, si por ella hubiera sido, habría dejado de sufrir hace tiempo, pero sus hijos dependían solo de ella…

martes, 10 de noviembre de 2009

Nostalgia de las cinco de la tarde

Uno de los momentos mágicos del día tiene lugar todas las tardes a las cinco, cuando los niños que viven más cerca de la misión invaden el espacio de los padres blancos y, durante dos horas, se hacen dueños del patio central.

Echo de menos las cinco de cada tarde cuando, con puntualidad británica, el siempre relativo silencio de St. Mary se rompe con risas y voces infantiles.
Añoro los abrazos espontáneos y sudorosos de los niños; y las manos pegajosas que se aferran con tanta fuerza que a veces duele.
Veo sus juegos pintados en la arena; circuitos de tierra seca. Y los dedos que golpean con acierto las canicas desconchadas y las chapas de colores, rojas y amarillas.
Siento nostalgia de ese columpio de cuerda deshilachada, incapaz, al final, de aguantar tanto vaivén. Y de esas piedras que cobran vida, convertidas en coches, en autobuses o en camiones. Y del balón deshinchado con el que los más pequeños emulan a los mayores. Y del rico café de barro y hierba…
Echo de menos, también, las charlas adolescentes. Y el aire lleno de hormonas desbocadas. Y las miradas que no se quieren cruzar, pero se cruzan. Y las risas afectadas…
Y recuerdo a los más tímidos, que no llaman la atención, pero la buscan con los ojos. Y lamento no haberme fijado más en ellos, no haber acudido a su llamada silenciosa.
Va pasando el tiempo y la nostalgia crece, pero la ausencia ya no duele tanto. Las memorias van llenando el enorme vacío de los primeros días. Y los correos de abba Melaku hacen que la distancia sea más corta.

miércoles, 7 de octubre de 2009

Nuredin, 99.5

A ver, que nadie se piense que el 99.5 es la frecuencia en la que emite una emisora de radio llamada Nuredin, ni nada similar. Aunque la radio si que es el medio a través del que el Gobierno comunica a los mejores alumnos del Tigray, si han pasado o no el examen que les permitirá estudiar en uno de los mejores colegios de Etiopía, que está bien cerquita de Wukro, en Mekele. Cuando escribo esto, no sé todavía el resultado del examen, pero en cuanto reciba la noticia, os la cuento. Porque a Nuredin le convocaron a las pruebas unos dias antes de nuestra vuelta a España.
Nuredin tiene 14 años y ha terminado este año los estudios de grado 8 con una espectacular nota media de ¡99.5 sobre 100! La misma nota que ha sacado en todos los cursos anteriores. Nuredin es PER-FEC-TO, de verdad. Es un niño especial, que llama la atención no sólo por su belleza sino por su educación y simpatía. Nuestra estancia de este año coincide con el Ramadán y Nuredin, que es musulmán, cumple con el ayuno a rajatabla. Al final del día, cuando los niños se reunen a jugar en la misión, a Nuredin le fallan las fuerzas. "Si juego al futbol, el corazón me va muy deprisa... Y tengo que dejarlo". Algo de pena si me da, aunque él no parece sentirse afectado. Además, siendo egoísta, debo confesar que me alegro: así disfruto más con él.

domingo, 4 de octubre de 2009

Cuestión de Justicia

Si hay algo en lo que coincidimos todos los que conocemos a Ángel Olaran es en afirmar, sin dudarlo, que este misionero es bueno por naturaleza; por eso, su labor en Wukro es tan enorme como su corazón. Aparentemente, hay pocas las cosas que alteran a Abba Melaku, siempre conciliador y dispuesto a que en su pequeño mundo reinen la paz y la armonía. Pero la mirada, tan difícil de controlar, le puede jugar malas pasadas… A veces sucede tras la cena, en esos escasos momentos de tranquilidad que se concede en el día y que permiten disfrutar de su conversación pausada y de su palabra certera. Otras veces es mientras le acompañas a una visita, o en el coche… Entonces es cuando Ángel se explaya y saca a la luz esos pensamientos que le acompañan constantemente. Palabras que encierran grandes dosis de denuncia ante ciertas actitudes y promesas de cambiar el mundo, que no son más que lavados de cara ante la galería. Su actitud cuando habla es sosegada, pero sus ojos brillan con indignación, porque no pueden mentir y Ángel se revuelve ante la cicatería humana.
Una noche, mientras caminábamos a la luz de la linterna de vuelta a la misión, tras la visita nocturna a algunos de los niños, Ángel nos habló de Justicia, de Justicia con mayúsculas. Al fondo de la calle, la luna llena nos permitía distinguir aún las figuras de algunos de los niños que nos habían acompañado un trecho del camino. Todavía se oían sus voces alegres y sus risas.
- “Esta es una de las imágenes que me acompañan luego en España durante el año. Los niños felices, perdiéndose en las sombras de la noche”.

Abba Melaku.

martes, 22 de septiembre de 2009

¡Hasta pronto Wukro!

Las despedidas casi siempre son tristes, y aún son más dolorosas si lo que dejas atrás es una realidad que en absoluto tiene que ver la con la tuya; tan lejana en la distancia como cercana en el corazón. Pero tratándose de Wukro, de sus gentes, de Abba Melaku y de todos esos niños que regalan sonrisas y cariño a manos llenas, la palabra adiós no puede ni debe pronunciarse. Adiós sólo podría decirse si la despedida fuera algo definitivo, si el regreso se hiciera imposible o la distancia y la vida nos separasen para siempre. Mientras tanto, para lo único que hay cabida es para un hasta pronto. Y hasta que llegue el momento del reencuentro, los buenos recuerdos y las imágenes almacenadas en la retina llenarán mis pensamientos cada día. Porque así lo he prometido y así debo cumplirlo.
El Gobierno etíope se ampara en la falta de lluvia para justificar los cortes de luz que han tenido lugar en días alternos durante las tres semanas que hemos estado en Wukro. A pesar de intentarlo, el acceso a Internet ha sido casi imposible, pero no quiero dejar de contar las historias de la gente que tanto me importan. Los relatos son una pequeña colección de historias de un día a día inimaginable para muchos de nosotros y una manera de cumplir la promesa del recuerdo diario. Algunos están ya escritos y otros pergeñados, así que, si la técnica no lo impide, intentaré acercaros la realidad de Wukro. Gracias por vuestra paciencia

miércoles, 2 de septiembre de 2009

Ayer soñé con España

Abba Melaku, ¿sabes que ayer soñé con España?

Ayer, a eso de las nueve, como cada noche, el padre Àngel visita algunas de las casa de los niños acogidos en el Programa de Huérfanos, que dirige desde hace más de una década. El privilegio de acompañarle esta vez, fue nuestro. Saba, la niña de los grandes ojos negros, ejerce de anfitriona mientras, Sammy, el más pequeño, duerme profundamente sobre la cama que comparten los hermanos.

Momentos después la pequeña habitación está tan llena de niños gritando al unísono, que tememos por el sueño de Sammy. Pero no, el pequeño de la casa duerme tan profundamente que ni se inmuta con la infinidad de perrerías a las que le someten sus amigos.

Abba Melaku parece uno más sentado sobre la cama que queda libre. Fiori, una pequeña de seis años, tan viva que resulta agotadora, se acomoda en sus piernas y le acaricia, mientra le cuenta con una vocecita, tan dulce que parece música, las miles de historias de su día. El resto, menos rápidos, han perdido el sitio privilegiado y se pegan como chicles a sus amigas de España. Y empieza el ritual de abrazos, achuchones, besos, caricias, cosquillas… Y, cómo no podía faltar, la sesión de peluquería (una tortura de tirones de pelo a la que las niñas, autodidactas en el arte del peinado, someten a las más incautas). Porque, si algo les sobra a los niños de Wukro, es cariño. Y lo demuestran constantemente, a manos tan llenas como sucias…

La voz de Muliena suena clara. A su lado, su hermana Muliet corrobora, asintiendo a lo que dice:

- Abba Melaku ¿sabes que ayer soñé con España?
- Ah si, ¿y cómo era?
- Muy bonita. Y había muuuuucha comida. Pan; había mucho pan. Y si abrías el grifo, salía agua…
El sueño de Muliena termina ahí. Casualmente, el resto, que ni remotamente saben dónde está España, pero parecen conocerlo todo, aportan múltiples matices, que enriquecen grandemente nuestra gastronomía: había injera –el pan básico en la alimentación etíope-, macarrones, ensalada fresca, miel… Y alguna boca empieza a hacerse agua…

Tras tan sabrosa cena "española", salimos de la casa, a oscuras, con el estómago lleno y una enorme sensación de felicidad.

martes, 25 de agosto de 2009

¡¡¡GRACIAS WUKRO!!!

El próximo sábado partiremos rumbo a Wukro. Ya han pasado dos años desde la última visita y la emoción por el reencuentro es mucha. Cuántos se preguntan (¿verdad?) qué hay en esta inhóspita localidad del norte de Etiopía que la hace capaz de robar los corazones de sus visitantes. Porque son pocos los que se limitan a pasar por allí sin más, sin enamorarse de su ambiente y de sus gentes. Y menos aún, los que logran volver a ser dueños absolutos de sus sueños y deseos, después de conocer sus secretos. Wukro se instala en las conciencias, en los pensamientos y en las retinas y no hace nada por abandonarlos. ¿Hay algún remedio para esta obsesión? Volver cuantas veces sea necesario.
Y así será en solo unos días. La cercanía de la fecha me ha devuelto a la memoria imágenes largamente dormidas. Son recuerdos tan vívidos que parecen oler a café recién tostado, a polvo húmedo y a pan. Imágenes que se escuchan y suenan a risas de niño, a juegos en la calle y a música. Pensamientos tan sabrosos como los beles y los tomates de la huerta; o con el tacto del agua de las lluvias tardías o la cera derretida...
Hablaremos aqui de todo ello y contaremos las historias de quienes a casi nadie importan: de Abba Melaku, el ángel de la guarda de Wukro
y sus gentes. Sed bienvenidos.