martes, 22 de septiembre de 2009

¡Hasta pronto Wukro!

Las despedidas casi siempre son tristes, y aún son más dolorosas si lo que dejas atrás es una realidad que en absoluto tiene que ver la con la tuya; tan lejana en la distancia como cercana en el corazón. Pero tratándose de Wukro, de sus gentes, de Abba Melaku y de todos esos niños que regalan sonrisas y cariño a manos llenas, la palabra adiós no puede ni debe pronunciarse. Adiós sólo podría decirse si la despedida fuera algo definitivo, si el regreso se hiciera imposible o la distancia y la vida nos separasen para siempre. Mientras tanto, para lo único que hay cabida es para un hasta pronto. Y hasta que llegue el momento del reencuentro, los buenos recuerdos y las imágenes almacenadas en la retina llenarán mis pensamientos cada día. Porque así lo he prometido y así debo cumplirlo.
El Gobierno etíope se ampara en la falta de lluvia para justificar los cortes de luz que han tenido lugar en días alternos durante las tres semanas que hemos estado en Wukro. A pesar de intentarlo, el acceso a Internet ha sido casi imposible, pero no quiero dejar de contar las historias de la gente que tanto me importan. Los relatos son una pequeña colección de historias de un día a día inimaginable para muchos de nosotros y una manera de cumplir la promesa del recuerdo diario. Algunos están ya escritos y otros pergeñados, así que, si la técnica no lo impide, intentaré acercaros la realidad de Wukro. Gracias por vuestra paciencia

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