lunes, 18 de abril de 2011

Daniel: una historia con sabor agridulce

Daniel es un niño de 14 años al que tuvimos la grandísima suerte de conocer en Kampala: abierto, simpático y lleno de vida. Como todos los adolescentes de su edad, Daniel tiene sueños e ilusiones, que quizá vea cumplidos; tal vez dentro de unos años podamos verle trabajando de actor, o detrás de la cámara, o contagiando su optimismo a los demás como asistente social, igual que su gran amigo Brian. A pesar de su corta edad, Daniel sabe bien lo que son el abandono y la marginación. Es uno de los millones de niños infectados por el virus de VIH que hay en África. Huérfano desde los cuatro años, parecía condenado a una muerte segura, hasta que la suerte quiso que se fijara en él una trabajadora de la clínica para enfermos de Sida que el centro Padre Pío tiene en Gabba, población cercana a Kampala. Desde entonces, la vida de ese pequeño desahuciado cambió por completo. Ahora asiste al colegio, donde es un estudiante brillante; recibe tratamiento con antirretrovirales y ante él se abre un futuro lleno de esperanza. Su tía, que le acoge en su casa, le quiere "a su manera", sus primos son ahora algo parecido a sus hermanos y su amigo Brian, el asistente social que el centro ha asignado para que se ocupe de él, le adora y le apoya en todo.

Conoci la historia de Daniel en diciembre, en el viaje que hice con el programa "Es Posible" de Canal Sur. Fue el último regalo de los muchos que recibimos durante nuestro viaje a Uganda para conocer proyectos que apoya allí Manos Unidas. Me quedé con una sensación agridulce: ¿cuántos Daniel habrá en este mundo, que derrocha a manos llenas, esperando un tratamiento que quizá no llegue nunca?
Para grabar este programa contamos con el consentimiento de Daniel y de su tutor.

1 comentario:

galisteo dijo...

Las cosas que tiene la vida, y la tele (que tan deteriorada está)... Y que gracias a ella (la tele), nos permite aprender a cada rato lecciones de vida como la de este niño.
Gracias por compartirlo Marta.