Para aprender nunca es tarde

Hoy algo, no sabría decir qué, me ha hecho recordar a Doña Monchita. No creáis que son pocas las veces que pienso en esta anciana a la que tuve la gran suerte de conocer en Tegucigalpa. En numerosas ocasiones me he preguntado qué habrá sido de ella y hasta dónde la habrán llevado su tesón y sus enormes ansias de aprender.

He buscado en internet la historia que publiqué hace un año y pico, cuando todavía tenía muy frescas en la memoria las imágenes y las emociones del viaje a Honduras, y la he rescatado para que podáis conocerla.

Todo empezó por un deseo; Doña Monchita, ya mayor, muy mayor, quiso aprender a leer para poder hacerse catequista...

¡¡¡Inútil!!

Mañana 25 de noviembre es el Día Internacional para la Erradicación de la Violencia contra la Mujer. hace unos años, cuando viajé a Honduras, tuve la suerte de conocer a María u a sus hijos. Su historia de superación, en una sociedad machista hasta el extremo como la hondureña, merece ser conocida.

¡Vuestra es!    

¡Inútil!

Cada vez que María escuchaba esa palabra, se echaba a temblar. Tras ella venían los golpes. Porrazos más o menos certeros, en función de lo que hubiera tomado su marido en la pequeña cantina del pueblo. Palizas que le hacían doblarse de dolor y de miedo…